Las complejas interacciones que ocurren entre los distintos componentes de un humedal, permiten el funcionamiento del ecosistema y al mismo tiempo, generan una serie de beneficios que pueden ser aprovechados por el ser humano. Son los llamados servicios ecosistémicos, que si bien pueden parecer poco evidentes, son cruciales para nuestra sobrevivencia.
En Chile hay diversos tipos de humedales naturales, tanto marino costeros, como continentales, cuyo origen depende de la geología, geomorfología y la dinámica climática del lugar.